Bebés y niños
Bebés y niños
Desde que nacemos y durante los primeros años de vida, es una etapa en la que se produce el mayor desarrollo de nuestro sistema nervioso y el crecimiento de la columna vertebral.
Al igual que llevamos a nuestros hijos a revisiones dentales, del oído, de la vista… es fundamental revisar la salud de la columna vertebral. No es necesario esperar a que el niño se queje de dolor para acudir a un quiropráctico. La prevención es clave, especialmente durante el crecimiento.
Desde antes de nacer, el cuerpo del bebé puede experimentar tensiones. La posición en el útero, un parto complicado o intervenciones médicas pueden influir en el sistema nervioso desde los primeros momentos de vida. Más adelante, caídas frecuentes, mochilas pesadas, posturas incorrectas o el simple proceso de aprender a caminar pueden afectar la alineación de la columna.
Las subluxaciones vertebrales pueden no mostrar síntomas evidentes al principio, pero como ocurre con una caries que no duele en sus primeras etapas, pueden influir en el correcto funcionamiento del cuerpo del niño.
La quiropráctica no trata enfermedades, sino que busca optimizar el funcionamiento del cuerpo desde su núcleo: el sistema nervioso. Revisar la columna desde la infancia es apostar por una salud más sólida y duradera.